miércoles, noviembre 22, 2006

... titulos?...

Y disfruta cada corte que hace sobre la piel de ella, ahi, tirada en la cama, con la piel desnuda y él, con una navajilla de afeitar, hace diminutos cortes sobre la carne, y la sangre gotea de a pocos, ardiendo como nunca... Los ojos de ella lloran, porque no puede moverse, porque no puede gritar, porque pensaba que le amaba y es que ella lo ama tanto... representaciones corporales de un dolor del corazón, del alma, de la psique, de la esperanza que se desangra también.
Y la risa casi peversa del verdugo, disfrutando del castigo por amarla... no es posible amar, asi que, otro camino será la destrucción... de vez en vez, antes de hacer el siguiente corte, le besa la piel, con la ternura con la que la besaba antes cuando le hacía el amor... tantas heridas diferentes, ¿o serán tantas caricias diferentes?...
Le besa en los labios y le susurra en el oido, mientras ella cierra los ojos y disfruta del adiós.

martes, noviembre 14, 2006

YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA....

Sueño, cansancio, párpados pesados... sueño, huesos pesados, hastío, y el trabajo que no se acaba, y el día que sigue corriendo... y siento ansiedad en el cuerpo. Quiero un tabaco y hace mucho que la música no me hartaba... el estómago hinchado, los moretones en las piernas, el dolor en la ingle... los párpados... tengo tantas cosas que hacer mañana... mañana... ¿hoy?... de que nos sirve la noche, descansar no sirve de nada porque se pierde tiempo... cuerpo que necesita descanso... pérdida de tiempo... sueño... párpados pesados, creo que empiezo a quedarme dormida... huir... ya no entiendo que dice ella: "la persecusión que haces de ti mismo"... ¿de que habla?, estoy aqui, oigo, pero no estoy aqui... tengo mucho sueño y tantas cosas que hacer que no me dejan dormir.

domingo, noviembre 05, 2006

érase una vez...

Hace muchos años, tantos que no se pueden contar con mis dedos y los tuyos juntos existió en el mundo un hada, tenía las alas de cristal y la sonrisa de niño, era etérea, estaba hecha de pura fantasía, le gustaba mojarse en las gotas de lluvia y recorrer el mundo en un día, le gustaba enamorarse de la luna llena y le gustaba el ruido de las hojas que vuelan.
Conoció a un humano uno de esos días en que andaba brincoteando siendo felicidad y melancolía. Se enamoró del humano... pero los humanos y las hadas no pueden ni deben estar juntos, tienen mundos separados.
Sin embargo, un día en que el humano abrió bien los ojos pudo verla, y fue tan rápida la sorpresa que quiso tocarla con los dedos, saber si no era una fantasía, quiso saber si la luz no provenía de un sueño provocado por el sol del día y una mala cena.
El humano era de carne y hueso, tenía esas dificultades que tienen todos los seres humanos para creer en la fantasía. Algo de especial tenía este humano, tenía los ojos tristes pero se reía con inocencia, tenía la voz grave y los dedos delgados y llenos de vida, tenía el cabello como la noche y es tan especial que no es posible olvidarlo y es tan especial que cerrando los ojos se puede recordar el aroma que despedía.
El hada era real... y el no pudo evitar sumergirse en ella. Absurdas las decisiones que tomaron ambos por creer que los momentos que vivieron esos días en que se encontraban a escondidas los acercarían.
Cuando dos seres tan iguales y tan diferentes se encuentran, el peligro corre en el aire, la irrealidad se respira, las pieles se sensibilizan y son momentos que se quieren sacar de la mente pero que a veces simplemente no se puede. Valían la pena los encuentros de lo etéreo y de la carne, valían la pena las chispas, las risas y cada uno de los besos que se arrancan de lo prohibido y se tatúan en la piel de los otros, valía la pena no poder verse de día (porque esta hada y este humano solo se veían de noche), valieron todos y cada uno de los minutos que se arrancaban de los relojes de arena.
Un día eso se acabaría... llegó muy temprano y muy tarde ese día. Y no es posible que lo único que se tengan sean los recuerdos de la noche tibia, y no es posible que el minutero deje de caminar en su contra.
El humano atravesó el mar, el hada se quedó viviendo la vida de siempre, y todo volvería a la normalidad que pesa tanto algunos días.
Les queda el recuerdo a los dos de las horas que se roban, les queda un cambio de año y muchas frases sin sentido, muchos “quisiera no quererte tanto”, algunas heridas que sanaran con el tiempo, y muchas sonrisas. Valió la pena la noche y el miedo

jueves, noviembre 02, 2006

Quiero irme a mi casa.

Esta vida ya esta muy gastada... y yo ya estoy muy cansada... y no se cuando vuelva, y no se si me vaya... y siempre es lo mismo, y siempre el mismo círculo y en estos días tomo de nuevo la imagen que tienen de mi y que llevo muchos meses queriendo destruir. Las personas que no sienten sufren menos, y yo ya me canse de sufrir así que... asi que al carajo... me voy a vivir la vida rosa que vive todo el mundo y que yo me empeñé en no creer real, no profunda, no total... me voy a vivir la vida que supe vivir años atrás... me voy y no quiero regresar.
Ya no tengo corazón, ni lágrimas, ni tristezas, ni melancolías, ahora soy una máscara adaptada a la sociedad, ahora soy todas las etiquetas que vosotros quieran darme, soy lo que se necesita que sea.
A ver si andar sobreviviendo en lugar de viviendo me da menos problemas.