miércoles, diciembre 17, 2008

harta.

Hay épocas en que solo llueve sobre mojado.

Hay ocasiones en que leer algo, nos clarifica la mente con un gran OUCH.

Hay momentos en que nos hacemos daño a nosotros mismos por tratar de lastimar a otros.

Hay crisis que deberían sacar lo mejor de las personas y en realidad lo que hacen es comprobar la basura que son.

Hay ocasiones en que hablamos como adultos solo cuando hemos comprobado que ya no hay manera de sentir más dolor del ya sentido. Es fácil hablar maduramente cuando no se siente.

Hay días que simplemente todas las cosas posibles salen mal. Hoy es uno de esos días.

Hay minutos de escuchar a dos personas que se aman discutiendo que se vuelven horas.

Hay gritos que no se gritan atorados en el pecho.

Estoy cansada.

lunes, diciembre 01, 2008

De los ayeres... de los mañanas...

Despacio, morbosamente... mordiendo cada uno de tus dedos.

Buscando huellas de tu pasado en la piel color carmín.

Buscando los rastros de sangre de las victimas que han muerto en tus brazos, buscando volverme una de ellas, anhelando la muerte amiga, la respiración faltante,

el sabor a dolor en mis entrañas.

Vómito dulce, color canela, proveniente de mi corazón que purula por primera vez en años.

Queriendo que mi sangre te empape los párpados y me lleves contigo como un tatuaje, doloroso, oculto, queriendo tenerte dentro por primera y última vez porque se que cuando pase, moriré y moriré contigo.

Recorriendo con mis uñas tu espalda, queriendo hacerte daño, provocar tu enojo, tu ira, despertar tu dolor, para que me demuestres que tu estás vivo.

Mátame para poder vivir, hazlo de nuevo, hazlo cuantas veces quieras.

Antes de que sea demasiado tarde, desángrame, párteme en pedazos. Lleva en el guardapelo junto a tu pecho un trozo de mi corazón torcido.

Llévate la poca inocencia que aún queda, llegaste a tiempo.

Como buitres alrededor de algo que está por morir. Así puedes llevarte lo dulce, lo tierno, porque después de ti, no quedará nada, todo se volverá polvo, miedo, oscuridad, costras que cuando se levantan solo desprenden olor a viejo.

Despacio, morbosamente... muerde cada uno de mis dedos.