miércoles, octubre 31, 2007

No entenderían...

No entienden, ¿verdad? - Le dijo con los ojos rojos de llanto – Simplemente no entienden.
Explícales – dijo con su voz suave, tersa, la que siempre la calmaba.

¿Explicarles? ¿Explicarles que? – lo preguntó casi gritando – ¿explicarles que sus burlas no me ayudan porque solo le ponen limón a la herida?, ¿explicarles que pocas, pocas veces he sentido asco de mis actos y que él ha sido una de ellas?, ¿explicarles que despertar sin saber que pasó durante la noche es la sensación más denigrante que he sentido en mi vida?... explicarles que despertar, abrir los ojos y sentir una mano ajena fue casi como tener que tragar algo podrido; y después por la noche, tener que hacer como que no pasa nada ante esa persona que si me interesa, que si quiero, que si me importa; y sentirme sucia por haber hecho lo que hice, y sentirme usada y vacia y triste, y sentirme o mejor dicho no sentirme yo para nada.

Explicar que tengo que hacer cara de que no me importa o simplemente ignorar sus palabras.

Explicar que ver la pulsera que olvidó en el buró de mi cuarto me hizo correr a vomitar al baño.

¿PARA QUE? Para que sino entienden nada… para ellos es un chiste; para mi, fue como regresar a esa persona que fui en el pasado, esa persona deprimida y enferma, esa persona que me costó tanto trabajo no ser más y de repente todo, todo el esfuerzo se fue al carajo en una noche, en una sola noche. Y trato de olvidarlo y no repetirlo, pero sus bromas, sus risas me provocan ganas de correr nuevamente a esos encuentros con el excusado. No tiene sentido, no lo entenderían.

Dejó de llorar, por lo menos dejó de llorar al terminar de decirlo todo. Respiró y terminó de hablar –Explícales – dijo el – explícales que tienes sentimientos como cualquiera de ellos.

sábado, octubre 27, 2007

Sábado por la tarde...

¿Y quien soy yo? no soy sino un respiro, un momento de ensueño
¿y quien eres tu? eres un regalo ajeno, un suspiro, un préstamo

Y nos robamos unas horas, un par de minutos de un día
Y te extraño, y extraño tus pecas y tu sonrisa torcida

Y nos arriesgamos, y apostamos por lo ajeno, lo prestado
y tragamos despacio para no terminarnos nunca el agua que tenemos
y nos encerramos para que nadie interfiera con lo poco que contamos

Y nos engañamos, queriendo pensar que esto es real, no lo es
y nos engañamos, queriendo pensar que tenemos tiempo se sobra
y nos engañamos pensando que no habrá fin

Y seguimos prometiendonos que no habra un mañana, que todo se termina hoy
y seguimos rompiendo las promesas...

Y nos perdemos, nos desconocemos, nos convertimos en estas personas que no queremos ser
y nos reemplazamos, intentando rectificar

Y sigo besandolo porque necesito enamorarme de alguien más
y sigo pidiendote ayuda, para no volver a cometer el mismo error

¿quien soy? un sueño, un respiro, un suspiro que tomas prestado al aire para descansar.
¿quien eres? mi encuentro, mi beso, mi minuto de silencio.