miércoles, diciembre 28, 2005

Corazones remendados...

Lentos los minutos se escurren como sombras de cosas que fueron en un momento de mi vida y nunca más serán… quiero volar junto a las nubes de algodón azul y carmesí… quiero ser un ave de alas doradas que cubren el viento, que acarician el aire… quiero ser otra persona en otra situación distinta a la que viví.

Quiero ver los ojos de mi misma en el espejo de la noche absurda, mas absurda cuando estoy sola, sin ti. Quiero ser en el tiempo la gota de lluvia que cayó en tu mejilla y te hizo sentir.
Abrázame del modo que abrazas a un niño que llora, quiéreme de la manera en que se quieren las flores de mayo que tienen una vida muy corta.

El tiempo se pasa sin preguntarle a nadie porque… quiero saber tantas cosas que en este mismo instante no se, quiero ser yo sin premisas ni cuentos, ni palabras cortas que no tienen fin, quiero ser un instante de niebla encerrada en tu memoria corta que puede vivir apretando un boton.

Quiero ser la fotografía enmohecida que guardas en la caja de tus fantasías, quiero ser lo que no soy.

Quiero llevarte conmigo encerrado en un rostro ajeno al mío, quiero que seas la sombra de lo que no somos, quiero ser la sal de la comida diaria, quiero ser el agua de tu corazón.

Los minutos lentos se pasan en mis dedos, un minuto más que pasa sin saber de ti, un minuto lento de espinas clavadas en mis piernas cortas y en mis ojos negros. Las horas se pasan burlonas desde que duermo hasta que amanezco en otro lugar. La vida me tiende una trampa cada vez que parece que me quiero detener un minuto a respirar.

Las fresas me saben amargas hoy, me sabe dulzona la vida sin ti. Vivo en un día gris y muy largo de asfalto tendido en mi cuarto, de hojas que caen por montones, de praderas sin fin, de sueños que oprimen el pecho, de lagrimas que no pueden salir, vivo en este mundo chispeante que no puede salir, vivo encerrada en mi misma, queriendo ser libre y sin saber por donde ir.

Respiro el azufre que emana el dolor de los otros y no puedo dejarme a mi misma transpirar el olor de mis sueños rotos. Te veo caminando en la acera de sueños largos que vas a cumplir, te veo jadeante de amor que late, del amor que yo no puedo vivir.

Te extraño y no puedo negarlo, te quiero sentir junto a mi, pese al daño y al desgaste, pese a que es peligroso y podría negarse, quiero sentirte otra vez aquí, prohibido, lejano, amado, inconstante, como lo que somos, como lo que nunca seremos sin el otro, como ese espectro callado que ahora eres, como tu, como yo, como somos los dos.

martes, diciembre 06, 2005

Again...

De repente se me olvida lo que quiero... se me olvida lo alto que vuelo en mi soledad constante, se me olvida que no necesito a alguien que sostenga el hilo que me lleva por sobre el viento...
Un beso bastó para decidirme y saber lo que entre tu y yo pasaba, un beso completo sin miedo ni precauciones, sin preocupaciones del mañana o del futuro, simplemente un beso que nació de un momento que pudo haber sido perfecto, donde tus ojos brillaban como nunca me había parecido que brillaban, donde resultaste la imagen que buscaba ya en mis sueños, con canción de fondo y todo, resultó una pastilla de olvido y de ternura que me remendó un poquito el alma... y eso que solo me diste un beso...
Era de día, estaban solos y decidieron ser libres juntos como nunca se habían dispuesto a serlo, se entregaron a la duda del momentos..."No es falta de cariño... te quiero con el alma... te juro que te adoro y en nombre de este amor y por tu bien te digo adiós"...