viernes, abril 29, 2011

Creo que va a empezar a llover.

Supongo que pude haber seguido ese camino, supongo que hubiese sido más fácil. Supongo que ser quien quieren que seas, quien se espera que seas, quien debes ser, eso, siempre es más fácil.


No esperar nada más. Nacer, crecer, morir. Todo en el mismo lugar, con las mismas personas, eso hubiese sido más fácil. Sin preguntarse si realmente eso es lo que se quiere, solo hacerlo porque no hay nada más que hacer, porque es el siguiente paso, porque después de todo ¿Qué pensará la gente?, ¿Qué pensará la familia?, ¿Qué pensarán las amigas casadas?, ¿Qué pensaran los abuelos y los tíos retrógradas?.


¿No quieres el auto del año?, ¿No quieres el marido perfecto?, ¿La casa perfecta con los hijos perfectos? ¿Las patologías perfectas?.


Si lo escogiste, entonces, ese es otro asunto. Entonces, este escrito no es para ti. Si con los ojos abiertos y sabiendo las otras oportunidades del mundo escogiste el camino que tienes ahora, el “correcto” entonces es distinto, entonces te ganaste a pulso el respeto, entonces eres una de esas personas honestas que están en vías de extinción.


Y es que vivir la vida que se debe vivir a tu edad, con tu preparación, como lo están haciendo todos, es más fácil. Tener un trabajo que te da cheques llenos de ceros o que al menos te permite muchas tarjetas de plástico, senos de artista porno, escuelas privadas para los niños, ¿Por qué dirías que no a eso?.


¿Qué se siente tener la vida correcta?, ¿Los amigos correctos?, ¿El trabajo correcto?, ¿Qué se siente ser la talla correcta?, ¿Tener el pelo perfecto?, ¿Qué se siente saber donde estarás dentro de 3 años, dentro de 5, dentro de 8, dentro de 20?.


A veces, me parece que tomé la decisión equivocada, a veces, por un par de segundos, pienso que debí dejar de hacerme preguntas hace muchos años. Buena cosa que esa sensación se va rápidamente.


Y es que no cambiaría nada de mi vida incorrecta, no cambiaría la compañía, los lugares, no cambiaría nada. No cambiaría los desvelos, ni el estrés, ni los aviones, ni las lágrimas, no cambiaría ninguno de los personajes, ninguna de las decisiones, ninguno de los extraños que se volvieron amigos, ni la ética, ni las trampas, ni los espacios, no cambiaría nada.

No hay comentarios.: