lunes, diciembre 01, 2008

De los ayeres... de los mañanas...

Despacio, morbosamente... mordiendo cada uno de tus dedos.

Buscando huellas de tu pasado en la piel color carmín.

Buscando los rastros de sangre de las victimas que han muerto en tus brazos, buscando volverme una de ellas, anhelando la muerte amiga, la respiración faltante,

el sabor a dolor en mis entrañas.

Vómito dulce, color canela, proveniente de mi corazón que purula por primera vez en años.

Queriendo que mi sangre te empape los párpados y me lleves contigo como un tatuaje, doloroso, oculto, queriendo tenerte dentro por primera y última vez porque se que cuando pase, moriré y moriré contigo.

Recorriendo con mis uñas tu espalda, queriendo hacerte daño, provocar tu enojo, tu ira, despertar tu dolor, para que me demuestres que tu estás vivo.

Mátame para poder vivir, hazlo de nuevo, hazlo cuantas veces quieras.

Antes de que sea demasiado tarde, desángrame, párteme en pedazos. Lleva en el guardapelo junto a tu pecho un trozo de mi corazón torcido.

Llévate la poca inocencia que aún queda, llegaste a tiempo.

Como buitres alrededor de algo que está por morir. Así puedes llevarte lo dulce, lo tierno, porque después de ti, no quedará nada, todo se volverá polvo, miedo, oscuridad, costras que cuando se levantan solo desprenden olor a viejo.

Despacio, morbosamente... muerde cada uno de mis dedos.

2 comentarios:

Tito Manfred dijo...

¡No te desangres reescribiendo tus muertes ni ruegues ser descuartizada en un lobregal de 4 paredes!... que me siento poco original, Lilith.

Anónimo dijo...

"Mátame para poder vivir, hazlo de nuevo, hazlo cuantas veces quieras."

Si, que nos maten...

Un abrazo L.

Pd: Me encanta tu escritura, y esta noche me desangro con tu blogsito. GRACIAS ='(