miércoles, abril 09, 2008

Dejar morir, dejar vivir.

Quisiera matarte.
Sin embargo, se que no puedo hacerlo, al menos no en esta vida y en esta realidad.
Que sería de mi sin las letras, sin la pluma, sin la sublimación, sin el escape que le doy a mi locura, sin poder escribir y vertir lo más nauseabundo que existe en mi alma en un papel o una pantalla.
Quise matarte. Lo hice.
Y no dudé en darte una muerte dolorosa, perversa, agresiva, torturante y vengativa. No dudé en ser "ojo por ojo" y "diente por diente", mi mano no tambaleó al volverse cuchillo y gusano que comió las cuencas de tus ojos, no dudó un minuto mi pluma en volverse agujas y aceite.
Quería matarte. Era necesario.
No se puede amar o extrañar a lo putrefacto, o al menos, ya no quiero hacerlo.
Y entonces, me impregné de tu aroma a sangre roja, me tení las manos de entrañas, me comí cada uno de aquellas partes de tu cuerpo que un día me causaron dolor. Acabé con todo, hasta que me llené de asco, hasta que me fue imposible seguir amándote, hasta que el olor me llenó todos los poros, hasta que me cansé, hasta que se agotó todo.
Haz muerto.
Y al matarte en papel, te maté en la realidad en la que me muevo.
Porque al cruzarme contigo no veo sino más que un bosquejo, una ensoñación, ya no te observo, ni te deseo, ni te quiero.
Al matarte, maté los sentimiento enfermos, maté las obsesiones, maté también las esperanzas y los sueños infantiles de castillos y vidas de cuento.
Encontré debajo de tu cadaver algo que había perdido hace tiempo.
Encontré algunas cosas mias, casi asfixiadas, pero vivas.
Quise matarte y logré mi objetivo: vida.

5 comentarios:

Gabriela dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gabriela dijo...

Uy, uy, uy; creo que estamos mal por aquí.
Ese relato es un vómito de entrañas, es un golpe a tus senos, es una quemadura a tu rostro, es ácido a tus ojos...
Tanta rabia, tanta pena, tanto dolorcito escondido...tanto dolorcito adornadamente extirpado.
Si lo mataste es porque amaste hasta enfermar, pero aquí es metáfora y las metáforas crean falsas ilusiones, pero al menos crean... a veces creemos.

Un besote grande que cubra tu frente (me gusta dar besos en la frente). Cuídese, niña, que estés bien. Adiós.

Pd: En tu entrada anterior también te pasé a saludar ¿No lo leíste? lo digo por el post que me dejaste, queriendo decir que no había pasado por aquí hace rato. En fin, :).

Atte.
M.E.P.

Anónimo dijo...

al final de cuentas, esto no resulta tan perverso, me paso lo mismo, pero no pude hacer lo que hiciste tu, no puedo matar lo que es vida, y el amor es vida, aun amo, a quien no deberia amar ...

tu si, felicitaciones =)

me encanto

besitos =*

Tito Manfred dijo...

Tal como escribí en un poema por ahí, el amor es ese gusano corruptor, esa herida purulenta que vomita negro, ésa misma que a veces, sólo a veces, es un dolorcito lindo.
Pero, ¿sabes qué?, creo que vivimos anestesiados y sumergidos en un sueño pálido y seguro, y eso que llamamos "amar" es lo único real en este mundo de sombras y cosas aparentes. Yo existo sólo porque no soy dueño de mí, yo existo porque soy de ese alguien que me desangra. Suena enfermizo, je, pero es poesía, poesía y existencia.
Espero que esté bien, señorita Lilith, aunque hay dolores que nunca se van del todo. Eso es lo bonito y terrible del asunto. Bye.

Un abrazo,
TM.

Depiesyalas dijo...

Buena elección, quizá yo ahora vomitaría.