Cuando nos movemos, cuando nos reimos, cuando respiramos... dentro de cada uno de nuestros actos están los suspiros... y a ella lo que la llenaba de suspiros era él... la primera vez que lo vio fue un suspiro largo y profundo, la segunda, uno corto y de sorpresa... cuando un día cualquiera la vio a los ojos mientras le daba en la mano la pluma que había caido del pupitre fue un suspiro callado, proveniente de sus deseos, sus esperanzas... nunca había cruzado palabra con él, lo veía, le temblaban las piernas, se le aceleraba el pulso y sudaba pero simplemente no podía hablarle, le veía tan lejano... tan humano.
Intenten ver a alguien que les gusta durante mucho tiempo, intenten memorizar su cara y sus manos, sus ojos negros, sus lunares, su nariz, su boca... ahora cierren los ojos y véanlo más detenidamente, cuando abran los ojos a veces pasa que la imagen mental no coincide con la real... pero ella no podía ver tan de cerca la imagen real... pasaba que tenía mucho miedo de acercarse...
Pero un día...
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